Esto no se va a quedar así. Ahora llega la venganza francesa. Claro, si los estadounidenses se apropian de sus canciones y triunfan en todo el mundo con una versión traducida, vamos a hacer nosotros lo mismo con un vals peruano. Algo así debieron pensar en Francia.
Sí, como lo escuchas. La famosísima cantante francesa EDITH PIAF se apropió de un vals peruano, le puso sus letras, sus gorgoritos únicos y a triunfar con un tema titulado LA FOULE.
Todo correcto. Si no fuera porque esta canción es en realidad un vals peruano titulado QUE NADIE SEPA MI SUFRIR. Compuesto por Angel Cabral en 1936. Y dentro de un estilo que se daba en Perú a finales del siglo XIX y principios del XX conocido como vals peruano o criollo.
Aunque la fama de la canción cambia totalmente cuando una noche la cantante francesa EDITH PIAF la escucha en el Teatro Opera de Buenos Aires. Ella estaba de gira por Latinoamérica cuando escucha aquella noche a un tal ALBERTO CASTILLO interpretando este QUE NADIE SEPA MI SUFRIR.
La francesa se queda prendada del ritmo y la melodía de este vals. Y a su vuelta a Paris decide convertirlo en otro más de sus éxitos musicales, con el título de LA FOULE. Pero nosotros, hoy, aquí, nos trasladamos a aquella noche de 1953 cuando EDITH PIAF escucha en el Teatro Opera de Buenos Aires a un intérprete de tangos que canta así…