Trasládate conmigo por un momento a Enero 2020. Todavía no estábamos confinados. Todavía había conciertos y espectáculos con pabellones llenos hasta la bandera.
Imagina lo que vieron mis ojos. Gala de los premios Grammy. Consigo el vídeo y le doy al play para empezar a dsfrutarla desde el salón de mi casa. Nada más arrancar la gala aparece en mitad del escenario una mujer … voy a describirla …de medidas de talla muy grande nada convencionales, lejos de estereotipos aburridos… una cantante que hasta entonces desconocía y que con un torrente impresionante de voz canta un “cuz I love you”. Así en plan melódico, alucinante. De hecho parecía más el final de una canción que el arranque de algo.
Acto seguido esta misma cantante se pone a rapear. Detrás suyo una larga fila de mujeres violinistas, detrás otra larga fila de mujeres con trombones. Yo ya con una imagen así estaba entre atrapado y expectante.
Tras un breve paréntesis de bailarinas con tutú, vuelve a aparecer nuestra protagonista en una especie de corsé y luciendo orgullosa sus curvas al mundo. Por si esto fuera poco, hacia el final de su actuación saca una flauta travesera y se pone a tocar como si fuera una extensión de su cuerpo. Si quieres ver la actuación, puedes verla en este vídeo de YouTube, si es que no lo quitan.
Con todo esto, tras mi shock, sólo podía pensar: ¿quién es esta mujer? ¿cómo se llama? Quiero saberlo todo de ella. Así es como LIZZO entró a principios de este año en mi lista de artistas a seguir. Y con una pequeña dosis de LIZZO despedimos este programa dedicado a mujeres como ella, mujeres pioneras que han abierto un camino que ya no tiene senda de retorno.