Hey Cats, ¿cómo va la vida en vuestros callejones? Respondiendo a mi querido English cat Mr. Readman, y por abrupto que sea decir algo así en estos momentos, bendita sea la contaminación de unos estilos a otros. El contagio de diferentes ritmos, la mezcolanza, el cruce de fronteras o como lo llaman ahora… la fusión… es siempre una buena noticia.
Nuestro año de hoy es 1932. Nuestra película, es Freaks, la parada de los monstruos, de la que Jordi Balló y Xavier Pérez escriben en su libro La Semilla Inmortal que es «una de las películas más singulares e irrepetibles de la historia del cine, en la que se introduce una fecunda lectura cruel del cuento de La Bella y La Bestia. Cruel tanto para la bella como para las bestias, seres deformes monstruosamente reales, que pululan por el film como miembros de una banda que trabaja en un circo, seres marginales y marginados, que se sentirán atacados por la llegada arrogante de la Bella que, casada por interés con el enano propietario del circo, urdirá un plan para acabar con su marido y dominar a la troupe con la ayuda de su amante, un forzudo que es el único otro ser normal. La venganza de los freaks será silenciosa y terrible: atacarán a la pareja que perpetra el crimen contra el marido -en definitiva uno de los suyos- y los destruirán de la manera más enrevesada que el relato podría imaginar: liquidando al hombre y mutilando a la mujer hasta convertirla en una terrorífica gallina, metamorfosis sarcástica de la bella en la bestia«.
Así se las gastaba Tod Browning en esta película estrenada en 1932. Comprenderéis que a los viajeros en el tiempo Walking Dead nos parezca a veces un cuento infantil. Ah y que nadie se me enfade por el spoiler, porque hemos tenido 88 años para ver esta maravilla de película.
Contrastes. Como el Yin y el Yang. Como la bella y la bestia. Como la noche y el día. como esta sección misma.
Nuestro protagonista de hoy es Art Tatum, nacido en Toledo Ohio, en 1909, y fallecido un 5 de Noviembre en Los Ángeles. Ciego de un ojo por cataratas desde su nacimiento, y con una visión limitada en el otro, Arthur Tatum Junior nos demuestra con piezas como la de hoy que la visión del corazón puede llegar tanto o más lejos que la de los ojos, igual que la improvisación puede trascender una melodía y convertirla en eso de lo que está hecha la esencia de la música que nos acerca a Dios sin necesidad de creer en él.
Queridos cats, con vosotros y vosotras el virtuoso entre los virtuosos Art Tatum interpretando nada más y nada menos Night and Day, el tema compuesto por Cole Porter en 1932 para el musical Gay Divorce, por supuesto acompañado de una brillante trompeta, en la que nos veremos reflejados, algún día…