The Big Bopper. Ritchie Valens. Pero ¿quién era el tercer cantante que viajaba a bordo con ellos esa noche del 3 de febrero de 1959?
Pues era, nada más y nada menos, que uno de los mejores compositores de música pop que ha existido a lo largo de la Historia. Un chaval con una pinta de empollón que no podía quitársela de encima. Un genio que creó numerosas canciones de corte aparentemente naïf, sencillo. Pero que con el paso del tiempo han demostrado ser auténticas joyas musicales inimitables.
Buddy Holly. Aunque en su caso su nombre real era Charles Hardin Holley. Falleció por desgracia también en esa avioneta con tan sólo 22 años.
Es doloroso pensar qué habría sido de su carrera musical si hubiera vivido más años. Si con tan sólo 22 años dejó la huella musical que dejó, ¿qué habría pasado de haber vivido 70, 80 ó 90 años?
Su legado musical tuvo una influencia enorme en gente como Bob Dylan, The Beatles, The Rolling Stones, Eric Clapton, Elvis Costello, Elton John. No sé, podría estar toda una hora recitando nombres de cantantes y grupos que están en deuda con Buddy Holly.
Lo dicho, si con 22 años de edad has conseguido convertirte en toda una leyenda musical, qué más cosas podría haber logrado de haber sobrevivido a aquel viaje de avión. Da rabia, mucha rabia, sólo de pensarlo.
Buddy Holly, para mí, fue pionero en hacer una cosa. En componer canciones románticas, a veces con un toque más triste, otras veces un poco más animadas y sí, crear temas aparentemente sencillos. Aparentemente naifs que puedes llegar incluso a pensar “qué cancioncilla más simple”. Pero, ay amigo… ay amiga… cuando caes en la cuenta entonces lo que caes es en sus garras. Cuando te dejas atrapar de verdad por su voz, la letra de las canciones, la melodía, unas baladas que de sencillas no tienen nada de nada…. cuando descubres la fórmula secreta de Buddy Holly… entonces ya no hay marcha atrás. Ya eres otro u otra fan más. Haz la prueba con este True Love Ways