Noviembre toca a su fin. Dejamos atrás el mes que deja desnudos un montón de arboles, que poco a poco trae un frio que finalmente, y sin darnos cuenta, se instalará en nuestras vidas. Noviembre es la antesala de una orgía comercial y festiva que explota en nuestras caras cuando, finalmente, muere noviembre.
Para ti que vives en el hemisferio Norte; qué tal si nos damos un respiro de borrascas, frío, hojas de árbol en el suelo y la duda existencial de si coger el abrigo o no para salir a la calle. Qué tal si nos vamos a Melbourne, Australia, y buceamos en las cálidas melodías de Tash Sultana.
Esta artista comenzó tocando en las calles de Melbourne y apuesta por la formula “hágalo todo usted misma”. En su EP de debut en 2016, ella es la única artista acreditada en el álbum. No solo eso, sino que también es la responsable de escribir y producir su trabajo. En pocas palabras, lo hace absolutamente todo… de principio a fin. Sultana puede tocar 20 instrumentos, pero pienso que la guitarra es su fuerte. Dependiendo de la canción, a veces parece que su guitarra bosteza, se estremece o crea una tormenta con un riff creciente que termina acabando en una lluvia de notas.
Lo importante de Sultana es la profundidad de su creatividad en la producción musical. Sus canciones no siguen una estructura clara; la letra no se puede clasificar fácilmente en verso o coro, y por esta razón la música tiene un aire limpio, fresco y libre.
Me atrevería a decir que usa una escasez lirica… Sultana puede transmitir taaanto en su impecable talento instrumental que cuando las letras llegan a tus oídos, uno tiene la sensación de que tienen un mayor impacto y fuerza. Esto es especialmente notable en la canción Notion, una pieza desgarradora que trata los recuerdos y las dudas que nos encontramos en el camino después de una fractura sentimental.
El contenido en el trabajo de Sultana es un código poético por descifrar y a menudo es difícil determinar de qué tratan sus canciones: amor, a veces, sí, pero esta ambigüedad hace que Sultana sea única entre las cantantes lesbianas… y es que no aporta su lesbianismo a su música de una manera explícita.
Como te decía, Sultana comienza en la calle, se va dando a conocer por YouTube, redes sociales, Spotify, la radio y así… poco a poco el mundo va girando y se da la vuelta. Sultana agota todas las entradas del Mercury Lounge en el Lower East Side de Manhattan. Cuando pisa el escenario lo primero que pregunta es: “¿Cómo es posible que todos me conozcan?”. Y ese concierto fue en un noviembre tocando a su fin.