La lista de estupendas bandas que mantienen viva la música de los 20 y los 30 podría seguir con la fabulosa Sharay Duque y sus Jazz Friends o Swing O Sister ambos de Sevilla. Podría pinchar Tuba Skinny de Nueva Orleans, Potato Head Jazz Band, o los gaditanos Swingaros, y probablemente los ponga en estas semanas paseando por los años 20. Quién sabe, tal vez podamos incluso hablar con alguno de ellos. Pero estamos en 1928, y seguramente todos estos músicos me dirían, «venga Abraham, es 1928, fue ese el año en el que se compuso, tío, tienes que pinchar Mack The Knife«.
En realidad la historia original del personaje nace en La Ópera del Mendigo, una obra escrita por John Gay en 1728 y protagonizada por un bandolero llamado Macheath. Pero no fue hasta dos siglos más tarde, cuando el dramaturgo alemán Bertolt Brecht decidió hacer su adaptación con su Ópera de Los Tres Centavos, cuando el relato de la vida de este criminal empezó a popularizarse. Pocos días antes del estreno, en agosto de 1928, el actor que hacía el papel protagonista pidió que le hicieran una canción de presentación del personaje para suavizar su entrada en escena. Fue así como le escribieron un «moritat», una balada de origen medieval que hasta principios del siglo XIX se utilizaba para relatar las fechorías de un criminal. Brecht se encargó de la letra, que en boca de un cantante callejero, repasaba todo el historial delictivo de Macheath. Y sobre ella, Kurt Weill compuso una única melodía de dieciséis compases que se iba repitiendo a lo largo de todo el tema. La canción se convirtió en un estándar del jazz en toda regla después de pasar por varias mutaciones, por un lado gracias a la traducción del compositor y letrista Marc Blitzstein , y por otro después de pasar por las manos de Bobby Darin y de Louis Amstrong, entre otros.
Una curiosidad que no se puede dejar de mencionar es que Mack The Knife fue la inspiración de la canción Pedro Navaja de Rubén Blades, engrosando pues esta canción esa especie rara de canciones que crean otras canciones, como el I Will Survive que inspiró el Resistiré del Dúo Dinámico o el caso del bueno de Tony Ronald y su Help, ayúdame.
Ha sido dificilísimo elegir qué versión poneros hoy. He navegado desde las de Ella Fitzgerald, hasta la versión manouche de TChan Tchou Vidal, pasando por la de los jovenzuelos Robbie Williams y Michael Bublé que no lo hacen nada mal. He decidido pinchar a dos de estos sucesores de los que os hablo, dos especialmente brillantes y exitosos, de relumbrón, pero que no por ello deben menos en sus carreras a ese legado del que os hablo, que se remonta en las décadas hasta los principios del siglo XX que estamos visitando. Sí, habéis acertado. Es el momento panfletario de la sección. Porque no solo nuestros dos protagonistas de la siguiente canción deben gran parte de su éxito a estos pioneros de los estilos del blues y el jazz de principios de siglo, casi todos pobres y arrastrados, de vidas atormentadas y éxito cuestionable. Sin esos pioneros no existirían Los Rolling ni los Zeppelin, ni todos esos simpáticos melenudos.
Sin más, queridos Cats os dejo con Frank Sinatra y Quincy Jones, porque ya era hora de que estos dos genios sonaran en la sección, interpretando una de las mejores versiones del tema jamás realizada que podéis encontrar en el álbum L. A. is My Lady grabado en 1984 o en el single Mack The Knife por Frank Sinatra y Quincy Jones and his Orchestra. Arañazos y ronroneos para todas y todos, nos vemos pronto, en el reflejo de una trompeta cualquiera.