Despegamos en la sección con Tom Waits y la historia que acabas de escuchar. La historia de una fuga de la cárcel, una fuga hacia la libertad. Y para la fuga no es necesaria ni dinamita, ni pico, ni pala, ni un contenedor de lavandería, ni siquiera sincronizar los relojes. Tolo lo que hace falta es una raspa de pescado, unas espinas.
El protagonista de la canción asegura que el sábado por la noche estará en Central Park. En Fish In The Jailhouse, el majestuoso parque neoyorquino simboliza la libertad que tanto anhela el recluso de la prisión imaginaria de Tom Waits.
Peoria Johnson le dice a su amigo de cárcel:
Puedo escapar de cualquier cárcel vieja
Las rejas son de hierro
Las paredes son de piedra
Lo único que me hace falta es una vieja espina de pescado
¿Y sabéis qué? Esa noche toca pescado de cena en la prisión. Peoria Johnson se comerá un pez y con las raspas se hará una llave maestra que le abrirán las puertas hacia la libertad y el sábado estará disfrutando de las praderas de Central Park.
Central Park es uno de los pocos rincones de la ciudad que no está salpicado de apartamentos y edificios. Así que no es de extrañar que Peoria compare los pastos abiertos de Central Park con la libertad.
En la realidad, el suelo sobre el que se construyó el parque es pantanoso por naturaleza, lo que lo hizo completamente indeseable para los primeros magnates inmobiliarios de la ciudad, quienes finalmente cedieron a las exigencias de los aristócratas locales de un parque lujoso que rivalizara con los de Londres.
Al hacer realidad esta visión, los políticos de Nueva York desplazaron a unos 1.600 residentes pobres que vivían allí, en su mayoría criadores de cerdos irlandeses, trabajadores italianos y jardineros alemanes, que mal vivían en chabolas en lo que hoy es Central Park. La comunidad afroamericana que residía allí también fue destruida, dejando a innumerables familias sin hogar. Esas familias desplazadas pagaron el precio de lo que hoy es un increíble parque donde Nueva York se sacude el ruido, el estrés y la rutina.
Central Park hoy suena a libertad.