Un Tom Waits que todavía no había llevado su garganta a los bajos fondos de las ciudades y de los tugurios donde sirven un whisky tras otro sin preguntar.
Si existe alguien que conecta la música y el alcohol, es Tom Waits. En 1976 escribió la historia de un piano completamente borracho.
La historia de una fuga de la cárcel, una fuga hacia la libertad. Simbolizada por Central Park.
Hang On St Christopher podría ser una obra de teatro o una de esas pelis que antes llamaban de arte y ensayo.
Qué difícil es no ser arrastrado al foso ardiente cuando el diablo tiene las mejores melodías.
Una lucha para mantener a raya al diablo, asegurándose de que permanezca en lo más profundo del agujero.