Aquí estamos una semana más en New York State of Mind. No sé tú, pero para mi últimamente todo parece ir demasiado deprisa, algo aturullado. A lo mejor es simplemente que estamos volviendo a la velocidad vital pre-pandemia. Mi state of mind…mi estado mental…últimamente es un estado mental montaña rusa…una montaña rusa sin descanso.
Así que esta semana no nos daremos un paseo por la Quinta Avenida a la altura de Mid-Town donde el bullicio, la gente y el tráfico gobiernan a un ritmo de canción llena de energía y tempo allegro ma non troppo. Esta semana caminaremos sobre alguna de esas calles cortas de un solo sentido que cruzan la ciudad tímidamente.
La canción con la que abrimos la sección es un elogio de una cierta parte del alma de la ciudad de Nueva York; podríamos situarnos en el East Village, donde existen vetas románticas de historias salvajes que existen en la memoria de aquellos que protagonizaron alguna aventura urbana en esas pequeñas calles.
Vamos a escuchar una canción que habla de una pequeña historia en la gran historia de New York. Se titula New York y viene de la mano de Anne Erin Clark más conocida como St. Vincent. Ella es cantante, compositora y productora. La canción suena como una dulce y sombría balada y lamenta el final de una relación. Suena como si acariciaras terciopelo azul hasta cuando escupe un “hijo de puta” varias veces durante el tema.
Algunas historias duran lo que se tarda en caminar una calle…todo depende de cuanto de larga sea o de cuanto deprisa caminemos.