Hay otro rasgo importante sobre el origen del jazz en Nueva Orleans que quiero remarcar sobremanera. En ninguna otra ciudad se daban las circunstancias tan favorables para el mestizaje como en esta ciudad, y en gran parte, queridos cats, se debe al legado español que permanecía en la ciudad.
En 1746, Nueva Orleans fue cedida a España por Francia. En 1800 Napoleon tuvo éxito en volver a recuperarla de España, pero este renovado control francés duró solo tres años hasta que la ciudad terminó finalmente en posesión de Los Estados Unidos. Como resultado, las coronas de Francia y España jugaron un papel decisivo en el ambiente distintivo de Nueva Orleans.
Por un lado, las leyes eran mucho menos estrictas que en las regiones de mayor predominio anglosajón, sobre todo en lo concerniente a la esclavitud y la inmigración. Era más barato comprar la libertad, los negros podían poseer instrumentos musicales, y no era ilegal sentarse en la misma mesa que un músico callejero. Por otro, el componente latino no solo hizo posible la integración de elementos caribeños (solo en 1800, seis mil refugiados de la revolución haitiana llegaron a la ciudad, obligados a abandonar Cuba) sino que propició que esta amalgama mestiza absorbiera tanto influencias musicales procedentes de México como de Europa central a través de Francia y del norte de África a través de España.
Sí, queridos cats, hay mucho más de español en la raíz del jazz de lo que cualquiera podría pensar. El genial Jelly Roll Morton, otro de esos autoproclamados creadores del jazz afirmó en una ocasión
If you can´t manage to put tinges of Spanish in your tunes, you never be able to get the right seasoning. I call it, for jazz.
Si no logras poner matices de español en tus melodías, nunca podrás obtener el condimento adecuado. Yo lo llamo, por jazz
Vamos a despedirnos escuchando el tema Baby Won’t You Please Come Home, un blues escrito por Charles Warfield y Clarence Williams en 1919. Y lo vamos a escuchar, no en la versión de Bessy Smith, que encarecidamente os recomiendo, sino interpretada por el cantautor Leon Redbone, tristemente fallecido en 2019 acompañado de los neoyorkinos Nighthawks liderados por Vice Giordano. Arañazos y ronroneos para todas y todos. Nos vemos, queridos cats, en el destello de una trompeta cualquiera.