Apunta bien estos ingredientes. Una base potente de hip hop, un rapero rapeando en inglés, otro rapero haciendo lo propio en francés y, para rematar la fórmula, una pizca de jazz. Jazz servido por músicos del nivel de Branford Marsalis.
El chef que tuvo la genial idea de mezclar todo esto fue Guru. Su exquisitez artística se dio a conocer como Jazzmatazz. Disco que apareció en el año 1993. Fue tal el éxito que luego repetiría varias veces la fórmula.
Pues ahí estábamos nosotros, bailando cada noche en La Comedia. Reconociendo temas que habíamos escuchado antes. Pero también – y aquí estaba otro de los porqués de nuestra devoción por este templo madrileño- descubriendo joyas nuevas.
Desde la primera vez que uno escucha un tema como Le Bien, Le Mal, que se deja llevar por las palabras en inglés que se entrecruzan con el francés, con esa base rítmica que te hace enloquecer, con esos toques de fondo de jazz… uno quiere empadronarse en el reino de Jazzmatazz para siempre.