Otra que también decidió cambiar radicalmente de estilo después de haber triunfado fue la irlandesa Sinéad O’Connor. Debutó en 1987 con un álbum pop rock alternativo titulado The Lion and the Cobra. Desde el principio llamó la atención por dos cosas. Por su cráneo rapado al cero. Y por una actitud encima del escenario muy segura de sí misma, pasando de ir de guapa, desafiando a la estética y los movimientos que se suponían que correspondían a una mujer. Y demostrando con su potente garganta que lo suyo era 100% méritos musicales propios.
Para el segundo álbum, la historia ya es conocida por todos los que vivimos esa época, le cayó del cielo un regalo en forma de canción. Nothing Compares to You. Un regalo que le dio Prince, quien tenía esa curiosa costumbre de ir regalando de vez en cuando canciones con las que otros artistas triunfaban. Para Sinéad O’Connor esa canción y un videoclip muy llamativo con su cabeza pelada al cero llorando en primerísimo primer plano le supusieron un éxito internacional enorme. El pelotazo musical. El sueño para todo artista que quiere triunfar.
Pero a ella ese éxito le vino grande. Tanto que le sobrecogió. Y prácticamente lo rechazó. Por eso, después, su carrera ha pegado varios giros radicales de estilo. El siguiente trabajo tras el triunfal disco donde se incluía ese universal Nothing Compares to You (o también ese The Emperor’s New Clothes) fue un álbum lleno de versiones de jazz. Luego vino otro donde había hasta un tema de hip-hop.
También ha grabado música folk, canciones espirituales rastafari… vamos, que en su caso se puede decir que no sólo ha cambiado radicalmente de estilo, sino que lo ha hecho varias veces. Se podría considerar la reina en esta categoría que repasamos hoy de ARTISTAS QUE CAMBIARON RADICALMENTE DE ESTILO.
Pero yo hoy voy a rescatar su primer trabajo. Una canción incluida en ese álbum que antecedió al terremoto internacional llamado Nothing Compares to You. Cuando Sinéad O’Connor era una joven de baja estatura, con el pelo cortado al cero, que bailaba con unos movimientos espasmódicos encima del escenario y gritando con una actitud de firmeza y rebeldía. Así es como la descubrí y así es como me cautivó con canciones como esta titulada Mandinka.
