A quienes vivimos en una gran ciudad con muchas cosas buenas, ojo, pero también llena de atascos, contaminación, gente malhumorada y estresada… nos anima o nos saca de la pesadilla soñar con una casa en el mar.
Mentalmente nos transportamos por unos segundos a la idea de que vivimos junto al mar. Que no estamos en esta ciudad de meseta llamada Madrid, no. Que tenemos una casa en el mar. Y gaviotas de vecinas. Y olas que rompen en la orilla como banda sonora.
Ay, qué sencillo y qué barato es soñar.
Entre los grupos de la llamada movida madrileña hay uno que se hacía llamar La Colitis Vasilona, que luego con los años fue el germen de la banda Hombrestones, que no sólo hacían temas pop, rock gamberros, bailongos. Entre sus canciones, se coló un tema titulado La Casa del Mar que para mí es el mejor que tienen.
Te voy a enseñar mi casa del mar… toda entera
Te vas a asustar, la playa está en la bañera
Así es mi hogar, puedes venir, puedes entrar en cuanto tú lo quieras
Te voy a enseñar, el cuarto de estar es la selva
Te vas a asustar, pues vive Tarzán con las fieras
Así es mi hogar, puedes venir, puedes entrar en cuanto tú lo quieras
Te puedes sentar o puedes bailar con quien quieras
Si te sale plan… en el balcón… puedes hacer el amor
Y así con esta letra que invita a soñar con una casa en el mar, cada vez que la escucho en los últimos años, me dejo llevar por la imaginación. Una canción que he tenido la suerte de escuchar varias veces en directo. Y es que la banda Hombrestones sigue en activo y todavía puedes encontrarte con ellos en algún concierto aislado, sobre todo si vives en Madrid. A su cantante, Chema Lapuente, un sujeto peligroso cuando agarra el micrófono, puedo decir que le conozco bien. Es mi socio y también mi buen amigo.
Así que, sumados todos estos motivos, sigo soñando despierto cada vez que suenan las primeras notas de La Casa del Mar.
