Diciembre es el mes de la Navidad, pero también es el mes del ansiolítico y el estrés. Regalos, comidas de empresa, árbol de navidad, belén, adornos, cenas, reuniones, comidas, mas regalos, familia, cuñados, sonrisas de mentira, sonrisas de verdad, 12 uvas en pocos segundos, resacas no deseadas, centros comerciales, gente oliendo a colonia, Raphael en la tele, mas regalos, tarjetas de crédito, compromisos…
Todo esto nos pasa como un tren por encima y luego nos asomamos al precipicio de Enero; al sombrío y gélido agujero negro de enero y febrero, cuya oscuridad es tan fuerte que ni la luz mas brillante pueden iluminarlos. En esos meses, parece que la gravedad es más pesada y el tiempo fluye como un líquido denso parecido al atasco de los lunes en hora punta. Atravesamos esos meses secuestrados por un vacío que solo la llegada de la primavera puede ahuyentar y liberarnos.
Hace algún tiempo, un tal Lou Reed compuso una canción planteando la cuestión de si deberíamos mover la Navidad a febrero para llenar ese vacío. Lou Reed con Xmas in February – Navidad en Febrero… sube todo ese estrés en un camión y muda una Navidad rota al mes más corto del año. Lou Reed, ese artista que solo hablando parece que canta. Felices fiestas a todos y todas…mucho amor ahora y en febrero.