Una base potente de hip hop, un rapero inglés, otro francés y, para rematar la fórmula, una pizca de jazz.
Reivindico el ñoñismo de una buena canción que habla de pájaros, estrellas, ángeles.
Una versión muy cambiada, pero muy potente, de esta banda de swing y jazz que te traslada a otra época.
Tiene esa magia que hace que en cuanto empieza a sonar te llena de una energía positiva alucinante.
Los Judas Priest hicieron una versión que incluso fue del agrado de la propia Joan Baez.
Estamos ante un excéntrico viaje sintético con voces hipnóticas y robóticas.