¿Qué te parece si viajamos a los orígenes del bajo como lo conocemos hoy? De esa guitarra eléctrica que se empezó a construir en los años 30 del siglo pasado. ¿Cómo surgió la idea? ¿Es que no bastaba con usar una guitarra normal?
Pues no. Y ya en esos años había alguien que dio la pista de por qué no bastaba. En 1936, un músico negro nacido en Mississippi ponía las primeras piedras del blues en forma de disco. Aunque su carrera se puede decir que es una de las más cortas de la Historia, ya que sólo duró 7 meses, es una de las que más influencia ha tenido a partir de entonces en el resto de músicos.
Hablo de Robert Johnson, un músico que dejó para siempre un puñado de canciones grabadas que son la base del blues. Las escrituras originales. La piedra santa. Una luz que iluminó el camino de muchos otros que le siguieron y le siguen después.
A Robert Johnson no le bastaba con rasgar las cuerdas de su guitarra. El necesitaba más. Quería incorporar a sus grabaciones ese sonido característico del piano boogie que se escuchaba en los salones y los antros de carretera de la ribera del Mississippi. Pero Robert Johnson era pobre, los medios que había para grabar eran escasos y no había piano para acompañarle.
Entonces Robert Johnson sólo podía hacer una cosa. Usar las cuerdas de su guitarra para marcar un ritmo muy claro en la canción. El sonido del bajo acababa de nacer y Robert Johnson era el inventor. Lo demás, como se dice, es Historia.