Como bien expresó Joaquín Sabina, Madrid es ciudad de contrastes, un lugar “donde se cruzan los caminos, donde el mar no se puede concebir, donde regresa siempre el fugitivo”, donde puedes dejarte “la vida en sus rincones” tratando de buscar esas estrellas que “se olvidan de salir”; un enclave mágico, en el que “el deseo viaja en ascensores” y “los pájaros visitan al psiquiatra”; una ciudad difícil para los que vivimos en ella, con jeringuillas en los lavabos y la muerte viajando en ambulancias blancas.
Sabina no dudó en terminar este tema con la siguiente estrofa:
Cuando la muerte venga a visitarme
Joaquín Sabina – Pongamos que hablo de Madrid
que me lleven al sur donde nací,
aquí no queda sitio para nadie,
pongamos que hablo de Madrid.
Con estos versos apareció publicada en su segundo álbum de estudio “Malas Compañías” en 1980. Un año más tarde aparece en el disco La mandrágora, un disco en directo junto a Javier Krahe y Alberto Pérez en el sótano del café madrileño La Mandrágora; la canción es presentada por el propio Sabina de este modo:
“Esta canción se llama Pongamos que hablo de Madrid, y es una historia de amor y odio a una ciudad invivible pero insustituible. Es una letra que yo hice según la melodía de Antonio Sánchez, que es este chico (…)”.
Con el paso del tiempo, Sabina decidió cambiar el final de la canción, tal vez porque llegó un momento en que ya no sentía lo que cantaba sobre los escenarios, porque a nadie se le obliga a amar Madrid, simplemente ocurre:
Cuando la muerte venga a visitarme
Joaquín Sabina – Pongamos que hablo de Madrid
no me despiertes, déjame dormir.
Aquí he vivido, aquí quiero quedarme.
Pongamos que hablo de Madrid.
Se han hecho versiones acústicas como la de Revolver, Rosario la convirtió en pop, rockeras como las de Alhandal o Los Lebreles, latinas, orquestales, flamencas por el gran maestro Enrique Morente o Carmen Linares, incluso pensadas para canción de cuna. Sin embargo, no podría dejar fuera la realizada por Porretas, una banda de rock y punk rock creada en los años ochenta procedente del barrio de Hortaleza (Madrid).
Esta canción es el himno de los que son de Madrid como yo, de los que se sienten o viven en Madrid, de los que la sufren, de los que la añoran…como yo…de los que la hacen grande y por supuesto de los que acaban enamorándose de ella…de Madrid.