Pues a pesar de no creer demasiado en la diosa fortuna… para cerrar la selección de canciones con suerte de esta semana voy a agarrarme a una bolsa mágica. Por si acaso. Una bolsa llena de amuletos y de ingredientes mágicos. Lo que algunos afroamericanos llaman Mojo. No confundir con el mojo canario, esa salsa tan rica que se toma en aquellas islas. No. Hablo de una bolsa amuleto que en culturas africanas antiguas llamaban Mojo.
Dedicada a esta bolsa existe desde los años 50 uno de los temas de blues más clásicos donde los haya. Got My Mojo Workin’. Compuesto en 1956 por un tal Preston «Red» Foster. Aunque la versión más conocida quizás es la que sacó al año siguiente Muddy Waters.
Que sí. Que la de Muddy Waters es magnífica. Por algo es el maestro. Pero yo aquí recupero una de esas versiones que hacen que se te caigan los pantalones o la falda al suelo. En los años 60, un músico de jazz llamado Jimmy Smith coge su órgano Hammond y decide hacer una versión del tema. Un músico que prácticamente no cantaba en sus discos, pero aquí la fuerza de la música es tal que le empuja a cantar. A sacarle un rendimiento desconocido a ese órgano que pasaba desapercibido en las iglesias… hasta que llegó Jimmy Smith. Y convirtió el órgano en el instrumento del diablo. Capaz de arrancar música jazz, soul…. y de hacerte caer la ropa de los temblores que te entran cuando escuchas este Got My Mojo Workin’ versionado así…