Para terminar, queridos cats, os propongo un bombazo de primera magnitud. Un melocotonazo inigualable, derrite nieves, ahuyenta miedos, levanta ánimos.
Ya hemos hablado de este adorable fanfarrón, pero será la primera vez que escuchemos a Jelly Roll Morton en su plenitud. Este autoproclamado (en una carta a la revista Down Beat de 1938) inventor del jazz, tenía una voz «aguardentosa y estridente» capaz de ejecutar prodigios en sus creativos fraseos como la bocaquiusa o el canto con la boca cerrada. Pero es que como pianista y director de orquesta era capaz de domesticar el caos y convertirlo en poesía musical auténticamente improvisada.
Estamos ante la quinta esencia del pianista oscuro, el habitante genuino de lupanares y antros de mala muerte que desafió al swing y las big bands con su rabiosa esencia rag. El compositor de descomunales temas como King Porter Stomp o Wolverin Blues va a interpretar con su banda, solo para nosotros, el tema compuesto por Joe «King» Oliver en 1926 Doctor Jazz. Arañazos y ronroneos para todas y todos. Nos vemos en el destello de una trompeta cualquiera.