Cuando David Readman me propuso que volviéramos a programar esta canción en el especial de películas de animación me sentí muy honrado. Poner música de Blue y Malone, mi cortometraje, acompañado de películas legendarias me parece una pasada, un verdadero privilegio, como lo es en sí mismo, poder trabajar en animación.
Hace bien poco un reportero de Cinemania me preguntaba a propósito de Blue y Malone qué era lo que más me atraía de hacer animación. La respuesta fue inmediata. Todo. No es que haya algo especial que me hiciera decantarme por la animación, es que todo en ella es increíble. Cuando te propones filmar en imagen real, aunque todo comience siempre en un guión, al encender la cámara hay algo allí, ya hay material que filmar. En animación, igual que al escribir, todo comienza de cero. Hay que poner ahí cada detalle que tú quieres que finalmente salga en la película. La creatividad que eso supone es incomparable.
Sin embargo, algo distinto entre la escritura y la animación es que la escritura es un ejercicio solitario, y la animación es por encima de todo, un trabajo en equipo. Artistas de distintas disciplinas, de diferentes lugares de procedencia colaboran compartiendo lienzo. Y esto me lleva de nuevo a esta canción.
Una de las experiencias más alucinantes de mi vida ha sido la grabación de la banda sonora de Blue y Malone Casos Imposibles. Adoro a los músicos. Amo trabajar con ellos. Días y días, sesiones y sesiones rodeado de músicos de jazz como David Harrington a la trompeta, Pablo Navarro al contrabajo, Gabriel Marijuan a la batería. Intérpretes de clásica de la talla de Ane Matxain Galdós al violín, Juan Pérez al chelo, Enrique Berri en la guitarra española y el maestro Miguel Malla al saxo, en el clarinete y a los teclados.
Recuerdo el día en el que David y Miguel empezaron a solear sobre el tema musical de Berta con el piano Rodhes. Alex O´Dogherty y yo nos quedamos flipados viendo crecer la improvisación delante de nuestras orejas.
Este tema que vamos a escuchar, el tema final de Blue y Malone, es un tema de amor. Es una canción que Miguel compuso como canción de cuna pensando en sus hijos Gabriel y Nicolás. Cuando lo incorporamos en la banda del corto, Miguel le puso letra, de modo que mezcló el mundo infantil de sus hijos con el mundo de los detectives imaginarios y las tortugas voladoras. Lo mágico entonces es que Coque canta una letra destinada no solo a todos los niños del mundo, aquellos incluso que los adultos llevamos dentro. La cantaba sobre todo precisamente a sus sobrinos.
Pues bien, Coque y Miguel acaban de perder a su padre, el inmenso actor Gerardo Malla. No encuentro mejor forma de acompañar a la familia que disfrutar todos de este abrazo de padres a hijos, de adultos a niños, que es Canción de Cuna para Gabriel y Nicolás, escrita y compuesta por Miguel Malla, interpretada por Coque Malla. Queridos cats, arañazos y ronroneos para todas y todos, nos vemos en el destello de una trompeta cualquiera.