Esto de los juegos enrevesados, con o sin ramito de violetas, de las cartas envenenadas para poner a prueba la fidelidad del otro es algo que la cantante británica Kate Bush llevó al límite.
Se inventó la historia de una mujer que, para poner a prueba a su marido, decide escribirle cartas haciéndose pasar por una admiradora secreta. Una tal Babooshka. Que este es el nombre exótico que elige para firmar las misivas. Babooshka atrapa al marido con sus cartas perfumadas. Y decide dar otro paso más. Decide quedar en persona con él.
Aquí el giro inesperado es que el marido queda atrapado y le dice a su Babooshka cuánto le recuerda a su mujer, cuando ella le daba todo lo que necesitaba, cuando ella era hermosa. Era hermosa. Menudo jarro de agua fría para esta falsa Babooshka. Por cierto, que Babooshka es la palabra rusa para abuela. Y también esta canción que contiene otro de esos giros inesperados…