El blues y el góspel beben en muchas ocasiones de canciones que no tienen dueño. Canciones que se fueron transmitiendo de persona en persona en una época en la que, como no existían grabaciones, ni radio, ni por supuesto tele, poco o nada importaba quién había compuesto o inventado la canción.
En la música española pasa lo mismo. Hay algunos temas que son de origen popular que iban viajando de pueblo en pueblo, de fiesta en fiesta y cuyo autor o autora nadie conoce. Federico García Lorca, nuestro poeta, dejó grabados para la Historia unos discos de pizarra (sí, sí, de pizarra, que eran los que se usaban allá por los años 30 del siglo pasado). Discos donde grabó varias de estas canciones populares que él iba escuchando en sus viajes por los pueblos.
Para las grabaciones cuenta con la cantante Encarnación López, conocida con su nombre artístico de La Argentinita. Hija de inmigrantes españoles en Argentina.
Juntos, Lorca y La Argentinita graban temas como Los Cuatro Muleros, Los Pelegrinitos, En el Café de Chinitas. Y también uno que es quizás el más conocido de este conjunto de grabaciones históricas, las únicas que tenemos en las que podemos escuchar al poeta Lorca, aunque sea tocando el piano. Anda Jaleo. Ya sabes, esa famosa canción que dice…
Yo me subí a un pino verde
Por ver si la divisaba
Por ver si la divisaba
Y solo divisé el polvo
Del coche que la llevaba
Del coche que la llevaba
Anda jaleo, jaleo
Ya se acabó el alboroto
Y ahora empieza el tiroteo
Lorca hace los arreglos musicales, retoca alguna palabra y se sienta al piano. La Argentinita canta, toca las castañuelas y hace el zapateado. A ambos les acompaña en esta ocasión también una orquesta. Y todos juntos graban un documento sonoro que es ya un tesoro, un patrimonio de la música española. Que afortunadamente podemos seguir disfrutando.