Antes de llegar al nivel de ritmo más frenético del tema 212 de Azealia Banks, quizás hay que partir de un tema más sosegado. Más tranquilo. Pero que sirve igualmente para entrenar. En concreto, para iniciar el ejercicio poco a poco.
Quienes crecimos en los años 80 tenemos una melodía grabada a fuego en la mente que es empezar a sonar y entrarte unas ganas tremendas de levantarte y correr. Correr. Si es por la arena de la playa, mejor que mejor.
Este pequeño lapsus mental que sufrimos ocurre desde que vimos en la gran pantalla una película sobre corredores de maratón titulada Carros de Fuego. Una película sobre unos corredores olímpicos de la que yo ya prácticamente me he olvidado, salvo por una escena.
Es la escena final de la película. Los corredores, vestidos en lo que parece ropa interior blanca, pero que es la ropa propia de correr en los años 20 (pero de hace un siglo, que es en el momento histórico en el que está ambientado el film), lejos todavía de esos logotipos, de esas zapatillas deslumbrantes y tanta ingeniería textil, echan una carrera por la arena de una playa.
La música acompaña a los corredores. La cámara se recrea en los primeros planos de las piernas y los pies sobre la arena y el agua. Y tú, como espectador, disfrutas tanto de la escena que te transporta y lo único que quieres es correr…. correr.
Así que desde entonces, cada vez que empieza a sonar esta melodía de piano y sintetizador compuesta por Vangelis para la película Carros de Fuego, no te importa lo más mínimo echar a correr y hacer el ejercicio que haga falta. Sólo había que encontrar la motivación. Y esta motivación suena así…