Hey cats, bienvenidos al callejón de la Navidad. No puede decirse que mi primera canción sea una gran sorpresa. Se trata nada más y nada menos que Christmas in New Olreans de nuestro adorado Satchmo, Louis Armnstrong.
Sobran los motivos, es la canción perfecta para una Navidad luminosa cálida y auténtica, donde lo importante es el amor, el calor de las personas, mucho más que el de las luces, los regalos o los adornos de oropel. A estas alturas ya conocéis mi debilidad por las trompetas, qué os voy a decir de la de Satchmo.
Ya sabes que este ser especial, dotado del don único del swing, pasó su infancia vagabundeando por las calles de los barrios pobres, metiéndose en problemas, viviendo en carne propia el horrible racismo de los principios de siglo en los Estados Unidos. Es por ello que tiene mucho más valor si cabe que un tío con una vida tan difícil exprese un amor navideño tan puro y auténtico. Tan de verdad. Es por esto que un agnóstico como yo vive en estas fechas la ilusión de los que de verdad disfrutan de una fe pura y luminosa, fe en el ser humano y en Dios, más llena esta fe de religiosidad que de religión.