Vamos con otro joven músico que tuvo que abrirse paso luchando contra viento y marea. Hace unos años Marcus King estaba completamente perdido. Fumador de marihuana y de pelo largo intentaba encajar en la escuela de la pequeña ciudad de Piedmont, Carolina del Sur: odiaba los deportes y se saltó tantas clases como para casi ser expulsado.
Pero todo salió bien. King comenzó a estudiar jazz en una escuela de música local, lo que lo llevó a donde se encuentra ahora: uno de los guitarristas emergentes más alucinantes. Con una voz ronca y conmovedora y un estilo de guitarra fluido y rápido que recuerda tanto a Duane Allman como a la Leslie West de Mountain, King ha destacado en eventos como el Crossroads Guitar Festival de Eric Clapton y encabezando grandes salas como el Beacon Theatre de Nueva York.
King dice que la música era una medicina para su familia. En una entrevista decía: “Mi abuelo empezó a tener úlceras muy graves, así que el médico le sugirió que volviera a tocar música. Nunca se detuvo de nuevo hasta que murió«. King toca desde los tres años y su guitarra se convirtió en una herramienta importante mientras se ocupaba de su salud mental. Decía…»He luchado con eso desde que era un niño: depresión, trastornos bipolares, ansiedad obsesivo-compulsiva crónica«. La música lo ayudó especialmente a superar la muerte de uno de sus amigos cercanos en la escuela secundaria.
Con tan solo 24 años, Marcus es una bocanada de aire fresco. En 2020 lanzaba su primer disco “El Dorado” con The Well como primer sencillo. El disco resulta muy divertido de escuchar. Se trata de Soul blanco de ojos azules inspirado en los años 70.