El domingo también es día de vaguear. De no hacer nada. De dejarte llevar y regodearte con el hecho de que no estás haciendo nada. Hmmm… qué placer de domingo.
A este vicio está dedicada la siguiente canción del grupo QUEEN. Una de esas canciones menos conocidas que no forma parte del repertorio que casi todo el mundo conoce. Y más tras la última película dedicada a la banda. LAZING ON A SUNDAY AFTERNOON se incluye dentro de su álbum A NIGHT AT THE OPERA.
Está compuesta por ese genio llamado FREDDIE MERCURY. En el tema prácticamente hace todo él mismo. Canta y toca el piano. Al final de la canción se le añade un solo de guitarra de BRIAN MAY para no dejarle del todo solo.
Pero este tema tiene algunos de los trucos que usaron en ese mismo álbum para canciones más conocidas como el BOHEMIAN RHAPSODY. Hay coros de voces. En este caso del propio FREDDIE MERCURY. Hay ruido de timbre de bicicleta. Y hay un curioso efecto de sonido que coloca la voz del cantante en un plano lejano. Por cierto, es muy curiosa la historia de cómo se consiguió ese efecto que hoy en día no habría ningún problema en hacer con un programa de ordenador. Pero hablamos de una época donde no había ordenadores, ni mesas de mezclas complejas. Ni siquiera había muchas pistas para recoger distintos instrumentos y efectos en cada una.
Por eso se les ocurrió el siguiente truco mucho más casero. Grabaron la voz de FREDDIE MERCURY y la reprodujeron a través de unos auriculares mientras el cantante tocaba el piano. Pero para crear ese efecto como de grabación, colocaron los auriculares por donde salía su voz dentro de un cubo de hojalata. Y ahí dentro de ese cubo colocaron un micrófono que recogía el sonido. Así, con este método de brico-sonido lograron crear este efecto que se escucha en el tema LAZING ON A SUNDAY AFTERNOON.
