Con el siguiente tema devuelvo un poco de justicia a nuestra sección y es que casi siempre ha estado centrada en música hecha en los Estados Unidos, generalmente de raíces afroamericanas. Pero amigos, no solo había jazz y swing para bailar y enamorarse antes del rock and roll y la música pop. También estaba el calipso, el mambo, la guaracha, el bogaloo, la samba, la cumbia y, naturalmente, el tango. Yo soy muy de cumplir promesas y os prometo que transitaremos otras latitudes en programas venideros. Valga el homenaje al tango de hoy como un anticipo de estos futuros viajes.
Argentina, país que amamos con desenfreno, es mucho, muchísimo más que tango. Eso debe quedar claro. Pero, claro, también es tango, igual que España es flamenco también. Y hoy vamos a escuchar a Juan D’Arienzo, el rey del compás. Nacido en Buenos Aires el 14 de diciembre de 1900, Juan D’Arienzo asume la dirección de su orquesta en 1934, grabando para Víctor el 4 de enero de 1938 el tango Indiferencia. Estamos hablando de uno de los directores de orquesta que más tuvo que ver con la conversión del estribillista o cantante de acompañamiento, a la consolidación de la figura del cantor de orquesta, perfectamente sincronizado con la formación musical al que tanto le debe el tango. Una orquesta, por ejemplo, ya consagrada en los años 20 como la del maestro Osvaldo Fresnedo transforma a su estribillista Roberto Ray en su cantor, a partir del tango Media Vida, grabado precisamente el 3 de septiembre de 1938, unos meses después de la grabación de D’Arienzo.
Entre 1938 y 1939 Alberto Echagüe y D’Arienzo grabaron 27 temas, y entre ellos este fabuloso NADA MÁS. Cuánta nieve habrá en mi vida sin el fuego de tus ojos. Uno de los comentarios de este vídeo en YouTube, realizado por Recuerdos Desde Colombia dice «definitivamente, fuera del tango, no existe otra expresión para definir lo que se siente cuando se ama«.
Queridos cats, que suene Nada Más…
