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Benny Goodman – One O’Clock Jump

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concierto

Hey Cats. ¿Cómo va la vida en vuestros callejones? En serio, ¿cómo va? ¿cómo estáis? Por favor, escribidme y contadme cómo estáis, qué escucháis. Contadme qué os parece esto de viajar en el tiempo más allá del olvido y la memoria, cuando el siglo era joven o cuando nos decíamos que nos queríamos con ilusión y vergüenza. Hagamos un trato, ¿de acuerdo? Prohibido escribir sobre cualquier cosa que no sean sentimientos.

Nuestro programa de hoy va a ser un poquito más largo, con el permiso de todos vosotros, mis queridos cats. De esta manera echamos una ayudita a nuestro neoyorkino favorito, y además, por qué no, saboreamos un poco más los fabulosos años treinta que hace poco hemos estrenado. 

Os tengo que confesar que muy a menudo me asalta el pensamiento de qué harían verdaderos musicólogos e historiadores con mi sección. Qué pensarían. Después de todo mi máquina del tiempo está fabricada con latas de encurtidos y cordel viejo, totalmente amateur. Dirían acaso ¿pero cómo pone este tema y no este otro? ¿Pero cómo no habla de este insigne escritor y menciona a este otro juntaletras?

Pues mira cómo diría Jessica Rabbit, me han dibujado así.

Antes de empezar a pinchar temas quería hacer un par de reflexiones sobre los treinta. En los treinta comienza la época dorada del tebeo español. Y los tebeos, queridos cats, son para nosotros la piedra angular de la cultura popular. Precisamente en 1938 nace la revista Chicos, el 23 de febrero en San Sebastián, editada por Juan Bayagual y Bas y dirigida artísticamente por Consuelo Gil Roësset , hermana de la escultora Margarita Gil Roësset y sobrina de la pintora Maria Roësset Mosquera. En esta revista semanal es en la que aparecen por primera vez El Ingenuo Cocolín, Pepito Holmes, El Detective Del Aire o El Capitán Acuña De la Policía Indigena o el fabuloso Cuto de Jesús Blasco, al que muchos llaman el TintínEspañol. Precisamente es en la década de los treinta en la que va a nacer Tintín, exactamente en 1930. Los siete primeros episodios de las aventuras de Tintín se publicaron por entregas en Le Petit Vingtième, suplemento del diario belga de orientación católica Le Vingtième Siècle, entre 1929 y 1939. La publicación de la octava, Tintín en el país del oro negro, quedó interrumpida en 1940 al producirse la invasión alemana de Bélgica, aunque Herge la reanudaría años después. Es en los treinta en la década en la que nacen los más importantes superhéroes del cómic americano. Sí, tengo que reconocer que aunque siempre me han gustado, he llegado a saturarme en los últimos años con tantos héroes en la pantalla, algunos de ellos totalmente huecos. Algunos, subrayo. Sin embargo es un buen ejemplo para darnos cuenta de que, por un lado, todo lo que viene, normalmente lo que está haciendo es volver, y por otro, lo muy conectadas que pueden estar diferentes épocas, lo mucho de clásico que tiene lo moderno. Los superhéroes que ahora azotan las pantallas, surgieron en la década de los 30, hace 90 años, fundamentalmente como una especie de respuesta cultural a las arengas de Roosevelt alentando al pueblo americano sobre la necesidad de no tener miedo, después del crash del 29.

Pero vamos a escuchar un poco de música. Esta vez, queridos cats, y sin que sirva de precedente, voy a repetir a un artista. Se trata de Benny Goodman, as del clarinete y director de orquesta que tuvo su programa propio y que fue además citado en la anterior entrega de nuestras cartas. No podía ser de otra manera. Tenía que ser Benny Goodman, porque en este año, se produjo el famoso concierto de la banda de Benny Goodman en el Carnegie Hall que marcó una época. Fue el 16 de enero de 1938, en este local histórico, famoso por su belleza y su acústica, ubicado entre la Séptima Avenida y la Calle 57, a dos manzanas de Central Park. Claro, cuando escuchamos clásicos como estos, lo hacemos inevitablemente desde la perspectiva del presente. Pero el público que acudió a este concierto, estaba asistiendo al primer concierto de jazz de la historia de este local. El sonido, la improvisación, la compenetración entre las secciones musicales, el ritmo y el sincopado propios del swing, es decir, el juego con los acentos y los compases de cuatro tiempos, los solos, la cadencia de los acompañamientos, los crescendos… todo aquello era completamente nuevo. Ese sonido estaba naciendo entonces. Delante de sus propios ojos y oídos. En palabras del propio Goodman, ellos mismos no sabían cuál sería la reacción del público del Carnegie. Creedme cuando os digo que algunos de los temas que se tocaron ese día eran rompedores, revolucionarios, verdaderamente punkys, bueno, si los punkys supieran sincopar. Os invito a  todos a escuchar este primer tema que os propongo, y el resto de temas que componen el álbum The Famous Carnegie Hall Jazz Concert como si fuera la primera vez que escucharais algo así. Estamos hablando, queridos cats del primer álbum doble de la historia, grabado en LP a 33 revoluciones en 1938 y publicado mucho más tarde en 1950. Y el primer álbum del mundo en vender más de un millón de copias. 

Queridos cats, subid el volumen del transistor a todo lo que dé, y sin más, que suene ONE O’CLOCK JUMP.

Esta canción la puedes escuchar en el programa que aparece en el reproductor de abajo

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Seleccionado por
Abraham López Guerrero

Abraham López Guerrero hace películas de dibujos animados y ostenta varios títulos internacionales al peor trompetista vivo.

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