En 35 East 76th Street, Manhattan, Nueva York se encuentra el Carlyle Hotel. Uno de esos hoteles legendarios donde conviven huéspedes temporales que cada noche se alojan en alguna de sus 190 habitaciones, con huéspedes permanentes que habitan en alguno de sus 90 apartamentos.
En la planta baja de este hotel se localiza el Café Carlyle, donde cada noche se puede disfrutar de una buena actuación de jazz. Allí, en este café, por ejemplo, actuaba cada semana Woody Allen con su banda. Y allí, cada noche, cantó y tocó el piano un tal Bobby Short.
En 1968 le ofrecieron cubrir una baja durante dos semanas animando a la clientela de este hotel. Esas dos semanas se transformaron en más de 35 años.
Bobby Short es uno de esos artistas que no ha ocupado grandes páginas en la Historia de la Música. Ni ha recibido grandes premios. Su reconocimiento llegaba cada noche cuando al finalizar su actuación en el Café Carlyle recogía los aplausos del público que pasaba aquel día por ese club neoyorquino y se los llevaba guardados en su memoria a casa.
Bobby Short merecería algo más. Y desde luego que merece nuestra moneda extra de esta semana. I’m in Love Again cantaba Bobby Short, el tema de Cole Porter que sonaba a cabaret, a tintineo de vasos en la noche en su voz. Y con él apagamos por hoy las luces de la sala.