En abril de 2015, un grupo de músicos decide organizar en Brooklyn (Nueva York) una noche de conciertos para denunciar la brutalidad policial. Todo surge por una más de esas matanzas que, por desgracia, empiezan a ser habituales en esa época. El 20 de noviembre de 2014 un oficial de la policía de Nueva York acabó a tiros con la vida de Akai Gurley, un inmigrante caribeño y padre de familia de Brooklyn.
Aquella noche, sin saberlo ellos, se juntan varios músicos de la escena de jazz que a raíz de ese evento acaban convirtiéndose en una banda nueva de jazz. Pero no de un jazz convencional. Un jazz libre, muy libre. Pura improvisación.
Aquella noche supone el nacimiento de un colectivo que se hará llamar Irreversible Entanglements cuya fórmula es el free jazz. El bajo de la banda describe así su peculiar método de trabajo…
“Te contaré un pequeño secreto. No tocamos canciones. Somos una banda de improvisación, por lo que todo lo que escuchas es como sale. Uno de nosotros trae poemas y/o ideas preescritas y nos reunimos para hablar de eso; alguien puede aportar una melodía. Pero la mayoría de las veces simplemente decimos: ¿Por dónde queremos empezar? Ok, hagámoslo así y ya nos vemos al final”.
Es, sin duda, la pura esencia del jazz como definición de estilo libre. Casi anárquico. Donde no hay reglas preestablecidas. No hay una melodía a la que agarrarse. Sólo libertad.
Y en una banda que con sus instrumentos también lucha contra esa gentrificación que quiere echar a la gente de sus barrios. En Brooklyn y en tantas otras partes del mundo. Así suena este jazz libre de Irreversible Entanglements en un tema titulado… como suena, en español… No Más.