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Megan Thee Stallion – Girls in the Hood

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vecinos

De vecinos o, mejor dicho, de un vecindario concreto es de lo que trata la canción con la que arrancamos esta nueva entrega del podcast de música PLAYJUKEBOX. Ese Girls in the Hood de Megan Thee Stallion.

Porque ya sabes que la palabra “hood” es una de esas abreviaturas que tanto gustan a los angloparlantes en general y a los raperos en particular. De “neighborhood” (vecindario, en inglés) viene este “hood” a secas.

Una canción que arranca con toda una declaración de intenciones… 

A la mierda ser buena, soy una mala víbora
Y estoy harta de esos cabrones que me dicen cómo tengo que vivir, que les jodan
De ese odio que se destila en los comentarios de mis fotos de Instagram

Esta sería una traducción libre de este Girls in the Hood que sirvió de carta de presentación de Megan Thee Stallion en el año 2020. Compuesta, por cierto, con la ayuda entre otros de Dr. Dre y Ice Cube.

Dedicamos el programa de hoy de PLAYJUKEBOX a todos esos vecinos y vecinas que nos hacen sonreir en la vida. Esa gente maja que nos alegra el día. Y no me refiero a ese vecino o vecina que simplemente te dice “buenos días” en el ascensor. No. Voy más allá.

Estoy pensando en esa persona que te abre las puertas de la confianza de par en par. Que desea, como tú, superar la fase del “buenos días” para preocuparse por ti y compartir contigo sus temores.

Ese vecino o vecina al que puedes dejarle una copia de las llaves de tu casa. A quien le riegas las plantas cuando se marchan unos días.

Si nunca has tenido un vecino así, te recomiendo que lo busques. Yo sí he tenido esa suerte. Y por eso quiero dedicar este programa, por ejemplo, a Angel. Ese vecino de la casa familiar donde me crié, que tenía la misma pasión por el jazz que mi padre.

Y si uno escuchaba los discos de uno en uno, día tras día, por riguroso orden y sin saltarse ninguno para empezar la rueda otra vez cuando tocara, cuando hubieran transcurrido años hasta escucharlos todos… ése era mi padre… el otro, mi vecino Angel, saltaba de un disco al otro según le apeteciera en cada momento.

Y si uno anotaba en el ordenador y hacía un listado exhaustivo de la colección que tenía y hasta la de su vecino… ése era Angel… el otro ni sabía dónde encontrar un disco, ni los ordenaba por estilos, años o intérprete. Y así pasaba que a veces compraba dos veces el mismo álbum. Ese era mi padre.

Cada uno tenía su rutina, su peculiar método. Pero qué bueno que ambos contaban con un vecino con quien compartir esos placeres musicales al otro lado de la pared de su casa. Charlando largas horas en persona. Atravesando esas puertas que tantas veces parecen infranqueables entre vecinos que viven a centímetros de distancia.

Esta canción la puedes escuchar en el programa que aparece en el reproductor de abajo

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Seleccionado por
David Readman

Juntaletras o periodista de vocación y fundador de tuexperto.com. Amante de las nuevas tecnologías y melómano empedernido. Es un poco el culpable de crear esto.

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