La canción es toda una celebración de la liberación sexual en la que se simboliza el amor como una montaña de cuerpos.
Es la primera y única vez en que Eilish deja que su voz suene fuerte.
Habla de cómo dejar atrás el pasado, seguir adelante pero abrumado por las dudas.
Me recuerda a la oscuridad de Billie Eilish pero con la forma de diseñar y coser canciones de Dodie.
Como público disfrutamos con estos temas cuando son romantizados. Entretienen cuando les pones ingredientes como la ironía.
Una historia de un caso real que ocurrió en Galicia.