Un blues escrito un siglo antes de esta versión por Charles Warfield y Clarence Williams en 1919.
De día era barbero, y al anochecer músico en entierros, fiestas privadas y barcos de vapor que cruzaban el Mississippi.
Coque canta una letra destinada a todos los niños del mundo, aquellos incluso que los adultos llevamos dentro.
Erotismo a raudales, fantasía, naves espaciales, zombies… Sin canciones ñoñas. Todo lo contrario. Era Heavy Metal.
Os presentamos una canción que es una declaración de amor a a una época y a una forma de vida.
Un melocotonazo inigualable, derrite nieves, ahuyenta miedos, levanta ánimos.