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Annette Hanshaw – Am I Blue

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Hey cats, ¿cómo va la vida en vuestros callejones? De donde yo vengo solo hablamos de música, de cine y de tebeos. No tenemos mucho tiempo para pensar en nada más. Hay demasiado por descubrir, demasiado por escuchar. No podemos perder ni un solo minuto de felicidad.
1929 es nuestro año de hoy.  El 7 de enero aparece en Estados Unidos Tarzán, una de las primeras historietas de aventuras. El 17 de enero aparece en The New York Evening Journal por primera vez una tira cómica de Popeye. 

Puede ser que el año sea más famoso por el ascenso al poder de Iosef Stalin, por la matanza de San Valentín ordenada por Al Capone o por el matrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera. Es el año en el que se instaura por primera vez en la Unión Soviética la jornada de 7 horas, es en el que se celebra la primera ceremonia de los Oscar. Fleming descubre la penicilina y en este año Josephine Baker, la cantante y bailarina que popularizó el charlestón, es censurada en Múnich y las autoridades locales le prohíben salir a escena por indecencia pública. 

Aunque probablemente el año 1929 os venga a la mente por el jueves negro de Nueva York y el crack de la Bolsa que originó la Gran Depresión. Mentes mucho más lúcidas que la mía han analizado este fenómeno económico y social en mucho espacios mucho mayores que unos pocos minutos en un programa de radio. Diré solo que las consecuencias de la caída del mercado de valores norteamericano fueron globales, y la crisis se extendió a nivel mundial durante toda la década de los treinta, en muchos lugares, entre ellos Europa, por supuesto. No hay mucho acuerdo entre historiadores y economistas sobre cuáles fueron las consecuencias reales de esta crisis, pero a mi al menos se me figura que una de ellas pueda ser el ascenso del nacionalsocialismo en Alemania. En una mente cinematográfica como la mía, tan llena de realidad como de fantasía, vendrían a significar a modo de ironía propia de un guion que aquellos que contribuyeron a la caída del nazismo, fueron también en parte los que lo crearon.

Pero no nos olvidemos que nosotros viajamos hacia atrás en el tiempo, y en realidad nos alejamos del crack del 29, y nos encaminamos hacia los felices 20. Es la década en la que la radio y el cine hicieron llegar la música y el baile hacia todos los hogares. Por su popularización, por su irrupción repentina frente a la música clásica que era imperante, ésta queridos cats, es LA década del jazz. Sí, ya sé que me vais a decir que eso exactamente dije en los 30, y seguramente también en los 40, y es que para mi todas esas décadas son LA década del jazz aunque sea por diferentes motivos.

En 1929 se compuso el woogie boogie Crazy About My Baby, se compuso Singin’ in the Rain, la canción que motivó el musical del 52. Se compuso Just a Gigolo, Guantanamera, el estándar de jazz Deep Night y se compuso también la primera de las canciones que vamos a escuchar hoy. 

A la voz tenemos a Annette Hanshaw, la prodigiosa estrella de la radio, especialmente popular en la segunda mitad de los veinte y los primeros treinta, cantando un tema compuesto por  Harry Akst y  Grant Clarke que apareció nada más y nada menos que en cuatro películas ese mismo año, la más importante de ellas  On With The Show de la Warner, anunciada por la compañía como la primera película filmada 100% en color natural con diálogos y canciones y bailes. Vamos a escuchar esa maravillosa particularidad de Annette de acabar todas sus grabaciones con un dulce that’s all al final. El tema con el tiempo se ha convertido en un estándar muy versionado, y algunos la recordaréis de la peli Cotton Club de Coppola. No, no es una canción del todo alegre, tiene un extra de melancolía que la aleja un poco de los rompe pistas que suelo pincharos, aunque sea un tema delicioso de bailar por enamorados muy acaramelados. Pero hay un montón de mensajes que me han decidido a poner esta canción. Es una canción que desprende años 20 por los cuatro costados y que sirve de apertura a esta nueva década a las mil maravillas.

Quiero dedicar esta canción a Carolina, y al equipo completo de los Cines Paz. La idea de mi última película, aquella de los amigos imaginarios encerrados en un teatro abandonado, nació precisamente cuando cerraron los cines Roxy, un poco después de que estrenara allí mi corto anterior. Pues bien, el martes realizaremos un pase de nuestros detectives imaginarios cargados de jazz al más puro estilo Miguel Malla en los míticos Cines Paz de la madrileña calle Fuencarral que justo en estos momentos y por primera vez desde 1943 echan el cierre, esperemos que de forma temporal. Queridos cats, que está melodía del pasado sirva para inspirarnos y llenarnos de sueños de forma suficiente para no dejar que más salas de cine desaparezcan. Por mi parte os diré que el día que no pueda proyectar mis películas en un cine, ese día, probablemente, deje de hacer películas. 

Esta canción la puedes escuchar en el programa que aparece en el reproductor de abajo

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abraham
Seleccionado por
Abraham López Guerrero

Abraham López Guerrero hace películas de dibujos animados y ostenta varios títulos internacionales al peor trompetista vivo.

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