Además del Tiger Rag, otro de los éxitos que nos brindó este año 1917, fue nada menos que Indiana. Back Home Again in Indiana. Un super estándar del jazz versionado por los más grandes de entre los más grandes, que rinde tributo al estado de Indiana, el estado de los Hoosiers, como llamó a los habitantes de Indiana el poeta de Richmond John Finley en su poema de 1833 Hosiers´s Nest.
Es un tema compuesto por James Fredercik Hanley, compositor de vodevil, músico habitual del Broadway de los años 30 y autor de no pocas canciones para películas de aquella época. La letra está escrita por Ballard Mac Donald, que es uno de los escritores del archifamoso Tin Pan Alley.
Amigos cats, tarde o temprano teníamos que hablar del Tin Pan Alley en este programa. Y es muy posible que no sea esta la última vez. Se trata del nombre dado a un colectivo de productores, editores de discos y escritores de canciones que dominaron la música popular de los Estados Unidos a finales de siglo XIX y principios del siglo XX. Digamos que en esa época los derechos de autor no eran algo aún consumado, así que el Tin Pan Alley comenzó siendo una asociación de creadores y publishers tratando de preservar sus beneficios mutuos. Los escritores de canciones, según cuentan, aporreaban las puertas de Tin Pan Alley en el oeste de la Calle 28, entre la Quinta y Sexta avenida en el flower district de Manhattan, algún tiempo después de que el meollo de industria de la música americana se desplazara desde Boston a Philadelphia, después a Chicago, después a Cincinnati para asentarse definitivamente en Nueva York.
Vamos a escuchar una versión reciente de Indiana interpretada por la estupenda banda madrileña Creole Jazz Band en su disco de 1999 Sabor Creole por dos motivos. En primer lugar, porque la banda compuesta por Alejandro Montejano al clarinete, Manuel Cáceres Panchito en la trompeta, Ramón Escrich Berry al trombón, Daniel Yagüe a la guitarra, Ray Álvarez en la tuba y Param Montejano en la batería suenan mucho mejor que bien. Y su versión no desmerece a ninguna otra de esas grandes bandas del pasado.
El segundo motivo es constatar una vez más que un tema que nació en 1917 tiene hoy en día la salud y fiereza del más melocotonazo pizarro, cosa que vuestros pies os van a demostrar cuando os arrastren a bailar por toda la sala de estar en cuanto yo me calle y suene Indiana por la Creole Jazz Band…