Una canción muy cabreada con un ex y la despedida a una ciudad natal. Todo esto mezclado con voces puntiagudas y sonidos psicodélicos.
Con una intensa calma, Yorke nos describe conducir a gran velocidad en una curva cerrada y salir volando por el borde de un acantilado hacia el vacío.
¡Una pista que nos trae muy buenas noticias…estamos vivos! De hecho es, de momento, para mí la canción del verano.
Georgie se viene arriba y entra en otro nivel. El bueno de Georgie se embarra hasta las trancas de lo más rancio.
La canción es un testimonio del talento y la creatividad de Coi Leray. Las letras son muy potentes, mientras que el ritmo es pegadizo y contagioso.
Esta organización se basa en la apropiación de una pieza musical sin permisos, para convertirla en una creación completamente nueva, distinta.