Si esta orquestación levanta un corazón roto como el mío, no quiero ni pensar que hará con los vuestros.
Un poco de jazz añejo, no sea que os deis al rock and roll sin frenos.
Aquí tenemos un estupendo bailable compuesto en 1914.
Necesitan hacer blues, y el blues les necesita a ellos. Aquí es cuando nuestro poema se vuelve luminoso y optimista.
Un tema que nos deja el alma y los huesos bluseros hechos pisto. Nos hace desear vivir dentro de una canción.
Ejemplifica la fusión, la mezcla de ida y vuelta del jazz sureño americano y los tintes gitanos.